“En cualquier circunstancia, en completa aceptación, vas a encontrar Paz. Y ese es el poder de la entrega”. Eckart Tolle.
Me di cuenta que hay cierta confusión entre aceptación y resignación; y claramente son conceptos muy distintos.
Por eso vi interesante crear este taller, con el objetivo de aportar un poco más de luz para tener una vida más en calma.
Primero considero importante aclarar qué es resignación.
Resignación es el punto de llegada a un lugar de sufrimiento, ya que después de haber estado peleando contra la realidad, contra lo que es, y ya cansad@s, derrotad@s, paramos la lucha y nos quedamos anclad@ en ese lugar donde da cobijo la tristeza y la frustración.
Sufrimos un descenso vital de energía, lo que nos lleva a la zona oscura mental depresiva y por consiguiente, incapacitados para actuar.
Como no puedo hacer nada más, me aguanto con lo que hay y pienso que lo estoy aceptando. Gran error.
Mientras que la aceptación es el punto de partida, es la no resistencia a la realidad desde la comprensión. Y no necesariamente tenemos que estar de acuerdo con lo que es, con la realidad del hecho en sí, ni tampoco ser indiferentes, y ni mucho menos poner la otra mejilla. Está muy lejos de todo eso. Simplemente es comprender lo que es y no pelear para que sea de otra manera, porque ya es.
Y desde este nuevo lugar de aceptación con la realidad, nuestro siguiente planteamiento sería, ¿qué es lo mejor que puedo hacer para lidiar con ello?, porque aceptar no significa que no haya acción.
En esta vida, casi nunca podemos elegir lo que nos sucede. Pero sí podemos elegir el modo en el que aceptamos lo que nos ocurre, y esto será lo que determine, en gran parte, cómo nos encontramos.
¿Y qué es la realidad? Lo que es. Ni bueno ni malo.
¿Y por qué nos cuesta tanto aceptar la realidad? Porque sencillamente es un producto de nuestra mente y de nuestro ego.
Cuántas veces hemos dicho “es que las cosas no deben ser así”, “es que lo normal es que sea de esta otra manera”.
Somos leales a muchos patrones adquiridos y a creencias que ni siquiera nos hemos cuestionado, porque las cosas tienen que ser como nosotr@s pensamos, para nuestra mejor conveniencia y comodidad.
Que las cosas sean distintas a como estamos acostumbrados nos incomoda y nos saca de nuestra zona de confort.
Muchas veces tendemos a idealizar las cosas; las interpretamos a nuestro favor y resulta incómodo que vengan a cambiárnoslas.
Y por último, nos apegamos a cambiar lo que sucede en el exterior, cuando lo que debemos cambiar es nuestro interior.
Byron Katie dice “siempre que peleemos con la realidad vamos a perder, pero solo el 100% de las veces”. ¡Tal cual!